La situación de los solicitantes de asilo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, ya de gravedad por el colapso de las salas de asilo e inadmitidos, se agrava a medida que el hacinamiento se extiende ahora hasta la zona de embarque. Ante este escenario, el ministro del Interior, Grande-Marlaska vuelve a llenarnos de vergüenza, optando por por desplegar antidisturbios en el interior del aeropuerto tras la llegada de un nuevo centenar de personas que buscan refugio en nuestro país.
Este flujo constante de individuos, principalmente procedentes de Senegal vía Casablanca, se suma a las más de 400 personas que, desde hace semanas, se hacinan en los exiguos y escasamente higiénicos espacios destinados a acoger a los solicitantes de asilo. Las instalaciones, ubicadas en las terminales T1, T2 y T4, llevan tiempo rebosando su capacidad.
Medidas controvertidas ante un escenario crítico
Las Unidades de Intervención Policial (UIP), mejor conocidas como antidisturbios, han hecho acto de presencia en el aeropuerto el fin de semana pasado ante la paulatina ocupación de los espacios comunes del aeropuerto por parte de los recién llegados.
Pese a que por el momento la calma parece reinar en el lugar, la situación resulta alarmante. El hacinamiento de estas salas, causado por la llegada continua de solicitantes de asilo que ven en sus escalas en el aeropuerto de Barajas una oportunidad para solicitar refugio en España, está dejando en evidencia la falta de espacio y de condiciones dignas para atender a estas personas desplazadas.
Un trámite que se alarga en el tiempo
El trámite de asilo, que debería durar apenas unas semanas, puede llegar a prolongarse durante meses. Este alargamiento ha superado las capacidades de acogida del aeropuerto y ha puesto en cuestión la capacidad de proporcionar una adecuada asistencia legal.
“La situación es lamentable e infrahumana”, reconoce una abogada que prefiere mantener el anonimato. “Muchos duermen en pasillos porque simplemente no hay espacio físico para alojarlos. Cualquier viajero que llega a estas zonas puede ver a estos desplazados esperando con sus pocas pertenencias”.
A pesar de la gravedad de la situación, se espera que con la habilitación de una nueva sala la situación pueda redirigirse y se garantice el cumplimiento de los procesos de asilo de acuerdo con las pautas legales.
La situación en el aeropuerto de Barajas hace eco de la creciente crisis migratoria a nivel mundial. Es necesario tomar medidas efectivas y humanas para resolverla de una manera que respete los derechos y la dignidad de todas las personas involucradas.
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