En este mes de abril se ha estrenado un documental llamado ‘Kinder City’ (la ciudad de la infancia) en el que en tan sólo 30 minutos su director, Pau Faus, nos hace viajar y nos despierta emociones diversas en 3 ciudades europeas: Amsterdam, Milán y Barcelona. El viaje se realiza a través de 7 experiencias diferentes que comparten el objetivo común de mejorar la vida de las niñas y niños y, por tanto, de la ciudadanía en general.
Todas las historias relatadas tienen otro denominador común: para mejorar la vida de la infancia es necesario reducir el espacio público dedicado a este gran invento que fue el coche.
Una de las experiencias narradas es la del programa Protegim les Escoles en Barcelona. El programa arranca, por desgracia, tras la muerte de Hugo, un niño de 5 años que muere atropellado en la puerta de su escuela en el barrio del Poblenou en octubre de 2019. Hugo, o Roger (que murió también a los 5 años atropellado en Sabadell) han sido víctimas de unas ciudades que no han priorizado lo suficiente la vida de las personas, que han permitido perpetuar la visión cochecentrista que heredamos del siglo pasado. Unas ciudades que fueron diseñadas, a partir de los años 60, por personas (adivinamos su género?) que principalmente se movían en coche de A a B, que no tenían a su cargo ni a los más pequeños ni a los más mayores de la familia, y que ni siquiera hacían las compras de casa con un carrito caminando por las calles de su barrio.
Con la entrada del siglo XXI finalmente se han empezado a cuantificar los impactos ambientales y sociales del modelo de movilidad priorizado en el siglo pasado, y ahora sabemos que el exceso de contaminación de aire y de ruido, el efecto isla de calor, la falta de verde, los siniestros viales… provocan efectos muy graves y mortales sobre la salud de la ciudadanía y del planeta (aún no incorporados en los cálculos de la economía capitalista, por cierto). En cambio, la movilidad activa, moverse a pie y en bicicleta (y en transporte público!) genera claramente un beneficio sobre la salud individual y colectiva. Además, en las ciudades principalmente nos movemos a pie! (en Barcelona, más del 60% de la movilidad cotidiana).
La muerte de Hugo no fue en vano. Por lo menos la lucha de su familia consiguió el compromiso de la alcaldesa de Barcelona de pacificar todos los entornos escolars. Esto es, conseguir espacios más seguros y saludables en los entornos inmediatos, así como visibilizar claramente las proximidades de las escuelas. En el período 2020 – 2023 se han pacificado las primeras 217 escuelas de un total de 585 centros educativos existentes en Barcelona (0-18 años, 196.000 estudiantes). Todas ellas se han intervenido mediante actuaciones “tácticas”, esto significa principalmente pintura, y elementos urbanos móviles, tales como jardineras, bancos, elementos jugables… Y en 12 de ellas, las ubicadas en las calles con más tráfico, se ha instalado un radar para controlar las velocidades de circulación. Se han recuperado 35.000 m2 para las personas invirtiendo una media de 70.000 €/centro educativo. El objetivo de la alcaldesa es que durante el próximo mandato (23-27) se puedan proteger todos los entornos escolares.
Gracias a las actuaciones tácticas podemos transformar las calles de la ciudad y hacerlas más habitables y seguras a partir de 50€/m2. Hacer otro tipo de intervenciones más ‘estructurantes’ implicaría una inversión seguramente 10 veces mayor. Aquí os lanzo una pregunta para que hagáis algunos cálculos básicos: ¿cuánto tiempo y cuánto dinero tenemos para cambiar las ciudades en este contexto de emergencia climática y de Agenda 2030? 2030, esto es de aquí 6,5 años…
Es urgente cambiar el diseño de las calles, conseguir un reparto del espacio público que coloque a las personas más vulnerables, nuestros niños y niñas, en el centro de la planificación de la ciudad.
Por si aún no habéis visto el corto, lo tenéis disponible en YouTube, con subtítulos en castellano, catalán, inglés e italiano. Os lo recomiendo absolutamente! Y ha sido posible gracias a la colaboración con el partido de los Verdes del Parlamento Europeo.
Fotografía principal cedida por la propia autora.