Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
En la región rusa de Stavropol, un hombre desempleado de 48 años, identificado solamente como Viktor por los medios locales, decidió llevar a cabo un insólito plan: hacerse pasar por un policía de tráfico. Su audaz impostura fue tan convincente que incluso los propios policías del lugar no se dieron cuenta de su engaño.
Para llevar a cabo su arriesgada artimaña, Viktor adquirió un uniforme de policía de aspecto realista y, de la noche a la mañana, comenzó a patrullar las calles del pueblo de Pyatigorsky. Con su nuevo atuendo, se dedicó a actuar como un agente de tráfico, deteniendo a conductores negligentes y advirtiéndoles sobre las supuestas infracciones cometidas.
Durante dos meses, Viktor operó de forma independiente en las filas de la policía de tráfico de Stavropol, sin que nadie sospechara su verdadera identidad. Sin embargo, su engaño llegó a su fin gracias a las cámaras que los otros policías llevaban en el pecho para registrar sus actuaciones.
En una revisión de las imágenes de una intervención en la calle Pervomaiskaya de Pyatigorsky, los superiores notaron que aparecían cinco inspectores en servicio, aunque solo debían ser cuatro según los registros oficiales. Además, faltaban las imágenes de la cámara corporal del supuesto quinto agente. Al intentar identificarlo, se descubrió que no pertenecía a la fuerza policial.
La investigación posterior reveló que Viktor había patrullado con los verdaderos inspectores de tráfico en al menos cinco ocasiones desde mayo, y ninguno de ellos sospechó nada fuera de lo común. La habilidad del impostor para mezclarse con sus compañeros y realizar tareas propias de un policía sorprendió a todos.
Ahora, Viktor se enfrenta a graves acusaciones, incluyendo infracciones de tráfico, uso ilegal de uniformes oficiales y obstrucción al cumplimiento de las funciones policiales. Por su parte, los agentes reales también afrontarán consecuencias por no detectar el engaño y permitir que el impostor actuara impunemente.