Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
“El día de las Fuerzas Armadas sí lo celebras y no hiciste la mili”, señalan.
El líder del partido de extrema derecha Vox, Santiago Abascal, se ha pronunciado recientemente en relación al Día del Orgullo LGTBI con unas palabras que pretenden alimentar la creciente brecha de entendimiento y empatía en nuestra sociedad. “No celebro el Orgullo porque soy heterosexual”, ha declarado, una afirmación que es más un excusa que un argumento real.
Este tipo de declaraciones subrayan una falta de comprensión fundamental sobre lo que representa el Orgullo LGTBI. El Día del Orgullo no es solo para las personas no heterosexuales, es un día de reconocimiento de los derechos y la lucha de una comunidad que históricamente ha sido oprimida, maltratada y discriminada. No ser parte de esta comunidad no excluye la responsabilidad de celebrar sus logros, así como no exime la necesidad de mostrar solidaridad y apoyo.
El no celebrar el Día del Orgullo LGTBI porque uno es heterosexual es tan absurdo como no conmemorar el Día Internacional de la Mujer porque uno es hombre, o ignorar el Día Internacional de Nelson Mandela porque uno no es negro o sudafricano. Los días conmemorativos no son solo celebraciones de identidad, sino de humanidad y empatía hacia los demás, algo que a Santiago Abascal parece escapársele.
La violencia de género no es un instrumento de propaganda política, es una realidad trágica y extendida que requiere la acción y responsabilidad de todas las formaciones políticas. La invisibilización de este problema o su reducción a meros términos no solucionará las desigualdades existentes, sino que las perpetuará.
Las reacciones en Twitter a las palabras de Abascal muestran la indignación y el descontento de muchos ciudadanos, aunque también hay quien se lo toma con humor. Las críticas apuntan a la inconsistencia de sus palabras, pues se le acusa de celebrar días como el de las Fuerzas Armadas, pese a no haber hecho el servicio militar, o el Día del Trabajador, sin haber trabajado en su vida.
En una sociedad cada vez más plural y diversa, la política debe ser un espacio de diálogo, empatía y entendimiento, no un foro para hacer declaraciones que excluyen y dividen. Esperamos un futuro donde los líderes políticos celebren el Orgullo, no porque sean homosexuales, sino porque entienden y valoran la lucha y la resistencia de una comunidad que merece ser reconocida y respetada, independientemente de su propia identidad sexual.