El nuevo brote de viruela del mono, ocurrido en la Sauna Paraíso en Madrid, ha servido como excusa para estigmatizar al colectivo LGTBIQ+. Además, ha generado ideas equivocadas sobre la naturaleza de la enfermedad causada por este virus, ya que no es una enfermedad de transmisión sexual.
CONTEXTO
Tras la gran sociedad de la paranoia que ha dejado tras su paso el COVID-19, nos encontramos ante una nueva amenaza: la viruela del mono. Esta enfermedad lleva causando estragos en el continente africano desde hace años, pero no ha sido hasta que ha llegado a Europa que ha saltado la verdadera alarma.
Ahora nos encontramos con el mayor brote en Europa. Este nuevo foco ha ocurrido en Madrid, en la sauna Paraíso, donde 30 personas han sido infectadas con el brote de viruela del mono. La polémica ha ocurrido al tratarse de un espacio LGTBIQ+ donde se frecuentan encuentros sexuales.
DISCURSO DE ODIO
Es vergonzoso que la viruela del mono se haya utilizado como nueva excusa para estigmatizar al colectivo LGTBIQ+. El discurso de odio y la estigmatización no ha tardado en hacerse ver entre los medios generalistas, más allá de los de vertiente abiertamente anti LGTBIQ+. La supuesta promiscuidad del colectivo ha sido lo primero en criticarse en este discurso.
Muchos medios han relacionado imágenes con clubs del colectivo LGTBIQ+ e incluso imágenes de relaciones sexuales homosexuales con la noticia del brote de Madrid.
EVIDENCIA CIENTÍFICA
Andrea McCollum, epidemióloga dentro del equipo CDC encargado de tratar esta nueva amenza, lo deja muy claro: El requisito para la transmisión es el contacto muy cercano, como el que se da en el sexo, pero no solo en esta circunstancia se puede pillar. La viruela del mono no es una ETS.
Esta noticia es una oportunidad para reflexionar sobre cómo este tipo de hechos, que de por sí deberían ser inocuos, son un claro ejemplo de cómo se pueden aprovechar las desgracias para crear discurso de odio hacia los colectivos más vulnerables.