Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
La técnica “Gish Gallop” se ha utilizado como una estrategia para esquivar el debate sustantivo y desviar la atención de los problemas reales
Todos los medios proclaman a Feijóo como el vencedor del debate más reciente, a pesar de la avalancha de falsedades esgrimidas durante su intervención. Pero, ¿a qué se debe esta aparente paradoja? La respuesta yace en una astuta estrategia retórica llamada “Gish Gallop”.
¿Qué es la “Gish Gallop”?
La técnica “Gish Gallop” es una táctica de debate que consiste en abrumar al oponente con un caudaloso río de afirmaciones breves y de rápida sucesión, sin necesidad de que sean cierto y a menudo de difícil refutación en el tiempo asignado para el debate. Su principal objetivo es desorientar, confundir y dificultar la respuesta del contrincante, impidiendo así un análisis exhaustivo y riguroso de los temas discutidos.
El nombre de esta estrategia viene de Duane Gish, un científico y creacionista, famoso por su uso de esta táctica en debates sobre la evolución biológica. Gish solía lanzar una tormenta de afirmaciones erróneas o cuestionables en un corto período de tiempo, dejando a su oponente abrumado y sin tiempo suficiente para refutar todas sus alegaciones de manera exhaustiva.
La “Gish Gallop” en el escenario político
En el ámbito político, la técnica “Gish Gallop” se ha utilizado como una estrategia para esquivar el debate sustantivo y desviar la atención de los problemas reales. Al inundar el debate con una avalancha de afirmaciones o datos, es complicado para el contrincante abordar cada uno de ellos de manera efectiva y precisa en el tiempo asignado. Esto puede llevar a la confusión y hacer que el mensaje del usuario de la “Gish Gallop” parezca más sólido de lo que realmente es.
Con esta táctica, Feijóo logró ganar el debate sin necesidad de presentar argumentos verídicos o sólidos. Utilizó esta técnica para desorientar a su oponente y evitar el escrutinio de su discurso. Al parecer, Feijóo ha tomado una página del libro de Duane Gish y la ha aplicado exitosamente a la arena política.
Los peligros de la “Gish Gallop”
Si bien esta estrategia puede ser efectiva para ganar debates, también es peligrosa. Esencialmente, permite a una persona salirse con la suya al decir mentiras sin ser cuestionada. Esto socava el propósito mismo de los debates, que es aclarar la verdad y examinar a fondo las posiciones de cada candidato, tal y cómo ha ocurrido.
Los votantes necesitan estar informados de la existencia de técnicas como la “Gish Gallop” para poder detectarlas y cuestionarlas. Es importante no dejarse engañar por esta avalancha de información y, en su lugar, exigir argumentos sólidos, verídicos y debidamente fundamentados. Las elecciones no deben decidirse en base a quién puede contar más mentiras en menos tiempo.
Un llamado a la acción
Este 23 de julio, seamos conscientes del verdadero significado del debate político. No permitamos que la retórica vacía y las técnicas de distracción como la “Gish Gallop” nublen nuestro juicio. Analicemos con profundidad las propuestas y posiciones de cada candidato. Y, sobre todo, recordemos que una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad.
Hagamos valer nuestro voto y no permitamos que el engaño y la manipulación se conviertan en la norma. Es hora de rechazar las técnicas de distracción y exigir debates honestos y verídicos. El 23J, hagamos que nuestra voz se escuche: votemos en contra de Feijóo y de cualquier política que busque confundir en lugar de esclarecer.