Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
Tras los resultados de las elecciones del 28 de mayo, la alcaldía de Barcelona se encuentra en una situación de incertidumbre, con diferentes combinaciones de partidos que podrían gobernar con mayoría simple si obtienen los apoyos necesarios.
Sin embargo, parece poco probable que esto suceda debido a las posturas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partido Popular. Por lo tanto, la lista más votada, de Xavier Trias y Junts, probablemente se haga con el gobierno local.
En el mapa electoral, Junts se convirtió en la fuerza más votada en Barcelona, obteniendo 11 concejales. Le siguió el PSC con 10 concejales, y Barcelona en Comú completó el top 3 con 9 concejales. Esquerra obtuvo 5 concejales, el PP 4 y Vox 2.
Con estos resultados, existen varias combinaciones para formar gobiernos de izquierda, siempre y cuando el PP y ERC se abstengan. Sin embargo, ninguno de los dos tiene la intención de hacerlo: ERC ha dejado claro que siempre priorizarán los pactos independentistas, independientemente de las diferencias ideológicas, y el Partido Popular prefiere ceder la alcaldía a los nacionalistas antes que facilitar un gobierno del PSC.
El escritor Benjamín Prado ha querido expresar su opinión sobre este tema y lo ha hecho a través de su cuenta de Twitter: “El PP propiciará en Barcelona que sea alcalde el independentista Trías, hombre del fugado Puigdemont, con tal de que no gobierne el PSC. Conclusión: al PP le traen al pairo Cataluña y el independentismo, su único interés es derrotar a Pedro Sánchez y hacerse con La Moncloa”.
El PP propiciará en Barcelona que sea alcalde el independentista Trías, hombre del fugado Puigdemont, con tal de que no gobierne el PSC. Conclusión: al PP le traen al pairo Cataluña y el independentismo, su único interés es derrotar a Pedro Sánchez y hacerse con La Moncloa.
— Benjamín Prado 📚 (@pradobenjamin) June 10, 2023
Tanto el PP como ERC han tomado estas posturas para evitar que el PSC obtenga la alcaldía. Oriol Junqueras, presidente de ERC, afirmó después de las elecciones que su partido no tenía ningún interés en ofrecer la alcaldía a Jaume Collboni, candidato del PSC, y dejó claro que su prioridad son los pactos independentistas. Por lo tanto, Junqueras cerró la puerta a un posible pacto mayoritario de izquierdas y se centró en hacer de Trias su socio, a pesar de las diferencias ideológicas.
En la misma línea, Ernest Maragall, candidato de ERC en Barcelona, señaló que los pactos postelectorales, en particular en Barcelona, ofrecen la oportunidad de “recomponer consensos dentro del independentismo”.
Por lo tanto, es posible que Xavier Trias sea investido como alcalde de Barcelona con el apoyo del Partido Popular, que preferiría entregar la alcaldía a Junts, un partido independentista, en lugar de apoyar a Jaume Collboni, candidato del PSOE en la Ciudad Condal, junto con Ada Colau de Barcelona en Comú.
Las fuentes socialistas recriminaron al PP, asegurando que prefieren “darle la alcaldía de la ciudad a Puigdemont y Laura Borras (Trias/Junts) antes que apoyar a un socialista”. Según los socialistas, esto demuestra que al PP no le importa Cataluña ni el independentismo, sino que su único interés es derrotar a Pedro Sánchez y llegar al poder en La Moncloa.
En este contexto político complejo, Barcelona se encuentra en una encrucijada. Las diversas posturas de los partidos dificultan la formación de un gobierno estable y generan incertidumbre sobre el rumbo que tomará la ciudad. Mientras ERC busca priorizar los pactos independentistas y el PP prefiere evitar un gobierno socialista, el PSC se encuentra en una posición desafiante, intentando construir alianzas que le permitan gobernar.
La crítica del escritor Benjamín Prado hacia el PP pone de relieve las tensiones políticas y los intereses partidistas que prevalecen en el panorama catalán y español. En este contexto, Barcelona se enfrenta a un futuro incierto, donde la conformación de un gobierno estable y la búsqueda de soluciones a los desafíos locales se ven obstaculizadas por la polarización y los intereses partidistas.