Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
La ronda de consultas iniciada esta semana por Alberto Núñez Feijóo en su búsqueda de apoyos para su investidura como presidente del Gobierno no ha comenzado de la mejor manera para el candidato del Partido Popular.
Su oferta de una legislatura de dos años y un compromiso de seis pactos de Estado, presentada ante Pedro Sánchez, no solo recibió un esperado “no” por parte de los socialistas, sino que también podría tener consecuencias más profundas en el panorama político.
Este gesto de Feijóo, destinado a destacar una alianza entre el secretario general socialista y los independentistas, ha dejado claro su acercamiento público a Sánchez, en detrimento de Vox, su hasta ahora socio fundamental.
Los líderes del PP han instado repetidamente a los representantes del PNV a reconsiderar su postura bloqueadora y su negativa a dar por perdido su apoyo en la votación del 27 de septiembre.
Esto, sumado al cambio en la consideración de Feijóo hacia los nacionalistas catalanes y su disposición a entablar conversaciones con Carles Puigdemont, choca de manera categórica con los preceptos de Vox.
Vox y el PP han mantenido una tensa relación en los últimos meses, con el partido de ultraderecha condenando públicamente los acercamientos del Partido Popular a los socialistas.
Abascal ha presionado a su principal socio para que se posicione claramente como parte de la “alternativa” para España o del lado del PSOE, a quienes ya ha acusado de acercarse demasiado e incluso de “asumir sus postulados”, especialmente en temas como la violencia de género.
En la misma noche electoral del 23 de julio, Vox culpó a los populares de permitir que Sánchez pactara con los independentistas al llamar al “voto útil” bajo sus siglas en lugar de promover una alianza de derechas en línea con las coaliciones municipales y regionales que han cerrado.
Vox ha dado luz verde para intentar convencer a “algunos socialistas buenos” de que faciliten la investidura de Feijóo, a quien finalmente han respaldado ante el rey Felipe VI sin pedir nada a cambio, al menos públicamente.
Sin embargo, los ultraderechistas han mantenido un silencio explícito sobre el intento de alianza de Feijóo con el PSOE. Esto contrasta con la insistencia del PP en reivindicar la necesidad de un pacto entre los dos principales partidos, lo que podría ir en contra de las directivas de Vox.
Además, otro punto de fricción que podría separar a Vox de Génova sería el tratamiento de las reuniones en la ronda de consultas. El PP considera importante que Feijóo protagonice el encuentro cara a cara con Sánchez, pero no está claro si se seguirá el mismo protocolo con el resto de formaciones. La dirección de Vox ha mantenido silencio sobre este acercamiento de Feijóo al PSOE, lo que representa una ruptura con la buena sintonía, aunque algo tensa, entre las dos formaciones.
A medida que avanzan las conversaciones para desbloquear el último gobierno regional en Murcia, se espera que Vox sea el siguiente en mantener un encuentro parlamentario en la ronda de consultas, aunque aún no se ha confirmado ni el calendario ni las citas.
La dirección nacional del PP descarta que esta aproximación con los socialistas rompa la relación con Vox y argumenta que están obligados a hablar con todas las fuerzas del hemiciclo para intentar asegurar la investidura y evitar que los separatistas lleguen al poder. Aunque el PP y Vox comparten algunos puntos en común, como la oposición a los nacionalistas, la distancia entre ambos partidos es evidente.