Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
La cárcel de Valdemoro ha recibido el pasado sábado a Norbert Feher, también conocido como Igor el Ruso, quien es considerado como uno de los presos más peligrosos en las cárceles españolas.
El CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) exigió que se extremasen las medidas de seguridad para recibir al reo, quien procede de la cárcel de Estremera en Madrid, después de haber asesinado a tres personas, incluyendo a dos guardias civiles, en Teruel en 2017, y ser condenado a prisión permanente revisable.
El recluso asesinó a tiros al ganadero de Andorra José Luis Iranzo y a los guardias civiles Víctor Caballero y Víctor Romero. Nueve días antes, dejó malheridos a dos vecinos de Albalate del Arzobispo, a los recibió a tiros cuando se disponían a entrar en una masía.
El CSIF ha señalado que Igor el Ruso tiene un historial delictivo muy largo, por lo que se necesitan medidas de seguridad adicionales para asegurar su estancia en la cárcel de Valdemoro. A su llegada, el preso fue trasladado directamente al departamento de aislamiento de la prisión.
El sindicato ha señalado que la cárcel de Valdemoro no cuenta con un aislamiento tan moderno como el de Estremera, y que los funcionarios de la prisión no tienen la condición de agente de la autoridad, lo que los hace menos capacitados para hacer frente a situaciones de alta tensión. El CSIF ha aprovechado la ocasión para pedir más formación y recursos para aumentar la seguridad y mejorar la instrucción de los agentes.
Según ha publicado Vozpópuli, los problemas con el reo empezaron al día siguiente de su llegada, al rechazar bajar al patio a las horas que les corresponden, una actitud desobediente que, según el citado medio, habría incrementado la preocupación entre la plantilla de trabajadores.
Es importante destacar que la seguridad en las cárceles españolas es un tema muy delicado y que ha generado preocupación en los últimos años. Los sindicatos de los trabajadores de prisiones han denunciado en varias ocasiones la falta de medios y de personal para garantizar la seguridad de las prisiones, y han pedido al gobierno que tome medidas para mejorar la situación.
En este sentido, el caso de Igor el Ruso pone de manifiesto la necesidad de contar con medidas de seguridad eficaces para garantizar la integridad física de los funcionarios de prisiones y de los demás presos.
Además, es importante que se dote a los trabajadores de las prisiones de la formación necesaria para hacer frente a situaciones de alta tensión como la que se produjo con la llegada de Igor el Ruso a la cárcel de Valdemoro.