
Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
Después de los terremotos de este lunes en Turquía está aumentando la indignación debido a que la deficiente aplicación de la normativa ha contribuido al derrumbe de muchos edificios. La BBC ha comprobado como edificios recién construidos que se han derrumbado.
Un ejemplo de ello es un edificio en Malatya, que se terminó de construir el año pasado y del cual se afirmaba que estaba construido «de acuerdo con las últimas normativas antisísmicas» y que se habían usado materiales y mano de obra de «primera calidad».
A pesar de que ya no hay rastro de este anuncio, varias personas habían tomado fotos y vídeos y los habían colgado en internet.
Otros ejemplos son un bloque de apartamentos que se terminó de construir en 2019 en la ciudad portuaria de Iskenderun y un edificio inaugurado en Antakya en el mismo año que han quedado destruidos tal y como ha verificado la BBC.

En el vídeo de la ceremonia de inauguración del edificio el propietario de una de las empresas constructoras dice: «El proyecto de la ciudad de Guclu Bahce es especial en comparación con los demás por su ubicación y sus cualidades constructivas».
Los expertos afirman que aunque los seísmos fueron potentes, no lo fueron lo suficiente como para derribar edificios bien construidos.
David Alexander, catedrático de Planificación y Gestión de Emergencias del University College de Londres señaló que: «En la mayoría de los lugares, el nivel de sacudida fue inferior al máximo, por lo que podemos concluir que, de los miles de edificios que se derrumbaron, casi todos no cumplen ningún código de construcción antisísmica razonablemente esperado».
Tras catástrofes anteriores, como la más reciente ocurrida en 2018 o tras el terremoto de 1999 en torno a la ciudad de Izmit, Turquía introdujo normas de seguridad más estrictas y endureció las normas de construcción.
Las últimas normas exigen que las estructuras de las regiones sísmicas utilicen hormigón de alta calidad reforzado con barras de acero. Las columnas y vigas además deben estar distribuidas de forma que absorban de manera eficaz el impacto de los seísmos.
Sin embargo, los edificios existentes no se han adaptado a estas normas y tampoco se han aplicado en las nuevas construcciones.
Desde la década de los 60, el gobierno ha concedido «amnistías de construcción» periódicas a aquellas estructuras construidas sin los certificados de seguridad exigidos, unas amnistías que suponen un riesgo de catástrofe en caso de un terremoto de gran magnitud.
Según Pelin Pınar Giritlioğlu, responsable en Estambul de la Cámara de Urbanistas de la Unión de Cámaras de Ingenieros y Arquitectos de Turquía, hasta 75.000 edificios en la zona afectada por el terremoto en el sur de Turquía han recibido amnistías de construcción.
Poco antes de la última catástrofe, los medios de comunicación turcos informaron de que estaba pendiente la aprobación parlamentaria un proyecto de ley que concedería una nueva amnistía para las obras de construcción recientes.
Un informe del servicio turco de la BBC reveló que, después de que un terremoto mortal sacudiera Esmirna en 2020, 672.000 edificios de la provincia se habían beneficiado de la última amnistía.
Este mismo informe citaba que el Ministerio de Medio Ambiente y Urbanismo había señalado en 2018 que más de 50% de los edificios de Turquía, es decir, casi 13 millones de edificios, se habrían construido infringiendo la normativa.
ABC ha contactado con el Ministerio de Medio Ambiente y Urbanismo para obtener información sobre las normas de construcción en Turquía después de los terremotos recientes y su respuesta fue que «ningún edificio construido por nuestra administración se ha derrumbado».