Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
En medio de la creciente tensión en la región, las Brigadas al Qasam, brazo armado del grupo islamista Hamás, han anunciado la liberación de dos rehenes israelíes, Nurit Yitzhak y Yochved Lifshitz, de 85 y 80 años respectivamente, por razones humanitarias. Este gesto inesperado sigue a la liberación previa, el pasado viernes, de una madre y su hija estadounidenses, ambas capturadas por el mismo grupo.
El portavoz del ala militar de Hamás, Abu Obeida, confirmó la liberación en un comunicado, destacando que esta acción fue llevada a cabo debido a razones humanitarias imperiosas y satisfactorias, tras la mediación de Egipto y Catar, países que actúan como intermediarios habituales entre Hamás y las autoridades israelíes.
A pesar de la negativa inicial de Israel para recibir a los rehenes, Hamás decidió liberar a las dos mujeres, señalando la negligencia de Israel hacia las personas cautivas en manos de las milicias palestinas en la Franja de Gaza, incluyendo ancianos, niños, israelíes y ciudadanos extranjeros.
Las dos mujeres liberadas fueron capturadas el 7 de octubre durante el ataque lanzado por Hamás contra Israel, que incluyó una incursión terrestre y desató una escalada en el conflicto, según el digital Ynet.
Ambas eran residentes del kibutz Nir Oz, una comunidad cercana a Gaza que fue fuertemente afectada por la ofensiva de Hamás. Después de 17 días de cautiverio, fueron trasladadas a Egipto, según informes del Comité Internacional de la Cruz Roja, que desempeñó un papel crucial en su liberación.
Este gesto, aunque positivo, representa solo una pequeña fracción de la situación actual. Según fuentes israelíes, Hamás mantiene aún a 220 ciudadanos capturados desde los ataques terroristas del pasado 7 de octubre. La liberación de estas mujeres es un rayo de esperanza en medio de la tensión regional, mostrando la complejidad de las negociaciones y la necesidad de una resolución pacífica en el conflicto entre Israel y Hamás.
Este acto humanitario plantea preguntas sobre el camino a seguir y destaca la importancia de la mediación internacional para lograr soluciones duraderas en la región. A medida que los esfuerzos diplomáticos continúan, el mundo observa con atención, esperando que estos pasos hacia la liberación y la paz se conviertan en un impulso para un futuro más estable en esta región marcada por décadas de conflicto.