
Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
Almeida debe de haber sido la única persona que ha deseado que su encuentro con el Papa no trascienda
El Papa Francisco ha llevado a cabo una épica broma a Ayuso y Almeida, refiriéndose a este último como «El sucesor de la Gran Manuela». Este evento ha sido compartido en Twitter por numerosos internautas, mostrando el instante en que el Papa recuerda a Almeida que antes de él, existió una «gran» alcaldesa.
La «Gran Manuela», en alusión a Manuela Carmena, no es santa (por ahora), pero al menos dejó la capital con un superávit millonario que, cuatro años después, ha desaparecido. Ojalá San Isidro pudiera realizar hoy aquel milagro de la olla con comida inagotable para los menos afortunados. Aunque ya sabemos que el Gobierno y el Ayuntamiento prefieren Telepizza.
Este suceso ha dejado una huella indeleble en la memoria de Almeida y Ayuso, quienes han presenciado cómo el Papa Francisco les ha jugado una broma en persona. A pesar de que Telemadrid ha intentado pasar por alto este momento en sus emisiones, los tuiteros y otros medios no han tardado en rescatar el video y difundirlo ampliamente en redes sociales.
El encuentro con el Papa Francisco será, indudablemente, un momento que tanto Almeida como Ayuso recordarán por mucho tiempo. Aunque probablemente desearían que no hubiese sido tan difundido, lo cierto es que la broma del Papa ha dejado un recuerdo indeleble y una anécdota que será recordada por todos.
Así, se puede afirmar objetivamente que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha sido víctima de una broma «nivel divino». No estamos seguros de si el pontífice buscaba dejar en evidencia al alcalde, a quien recibió el sábado en el Vaticano junto a una delegación de autoridades madrileñas con motivo del cuarto centenario de la canonización de San Isidro Labrador, patrón de la ciudad.
El comentario del Papa, además, no fue directamente dirigido a Almeida, sino al Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, maestro de ceremonias en el saludo. «Sucesor de la gran Manuela», decía el Papa entre risas, con la mano aún estrechada a la de Almeida, mientras se giraba hacia Osoro, quien no podía hacer más que continuar sonriendo. Luego del saludo, el alcalde obsequió al Papa un juego completo de bufandas y camisetas de los clubes de fútbol de la ciudad firmadas por todos los jugadores.
La primera en saludar al Papa fue la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, quien seguramente estará pensando ahora que Francisco forma parte de esa conspiración político-sanitaria de la ultraizquierda comunista. O, como mínimo, de Más Madrid.
Después de Ayuso, Almeida extendía el brazo y la sonrisa. Y tras el saludo, no tuvo más remedio que retirarse manteniendo la cortesía de quien, indefenso y ante las cámaras, es objeto de una broma pesada sin derecho a réplica. Debe haber sido la única persona que deseaba que su encuentro con el Papa no trascendiera.