El paisaje de la movilidad en Barcelona está evolucionando, según un reciente estudio se indica que el 27% de los ciclistas y usuarios de patinetes solían ser usuarios de vehículos de motor. Esta transición marca una tendencia alentadora hacia formas de transporte más sostenibles y saludables, en línea con las iniciativas de sostenibilidad de la ciudad.
Los carriles bici metropolitanos de Barcelona se han convertido en un activo valioso tanto social como económicamente. Un análisis del retorno sobre la inversión realizada por la Universidad Pablo de Olavide y el Institut Metròpoli indica que los carriles bici desde Esplugues y la Zona Franca generarán más de 25 millones de euros en los próximos 30 años basándose en beneficios como el ahorro de tiempo, los beneficios de la salud y la reducción de la contaminación.
Perfil de los usuarios
La encuesta que acompañó el informe reveló datos fascinantes sobre los usuarios de estos carriles bici. Se descubrió que el 27% de estos eran antiguos usuarios de automóviles o motocicletas, y que la comodidad y la rapidez fueran factores decisivos en su decisión de optar por el ciclismo interurbano.
El proyecto Bicivia, impulsado por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) en 2017, ha tenido un impacto significativo en el uso de la bicicleta en la ciudad. El uso de la bicicleta ha crecido casi un 50% desde 2019 hasta 2021 en las áreas cubiertas por la red de 550 kilómetros del Bicivia, de los cuales el 65% ya han sido realizados. Los viales de Esplugues y la Zona Franca, inaugurados en 2018 y 2017 respectivamente, registran un uso diario de 1.600 y 600 bicicletas, respectivamente.
Nula intermodalidad
La encuesta también reveló una falta de intermodalidad – la práctica de alternar entre modos de transporte durante un solo viaje – entre los usuarios de la infraestructura de Bicivia. La bicicleta o el patinete generalmente sirve como medio de transporte de principio a fin. Esta información presenta una oportunidad notable, dado que la implementación de la intermodalidad es a menudo promovida como parte de la solución a los problemas actuales y futuros de la movilidad de la ciudad.
Movilidad sostenible vs Movilidad contaminante
Una de las revelaciones más alentadoras del estudio es que es más fácil lograr que alguien deje los vehículos motorizados en las rutas metropolitanas que en las urbanas. Según un informe del RACC, solo el 10% de los usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP) provienen de vehículos privados, mientras que este porcentaje aumenta al 27% en las rutas metropolitanas cubiertas en este estudio. Aunque queda trabajo por hacer, esto demuestra que la infraestructura para la movilidad activa y sostenible puede ser muy efectiva para fomentar un cambio hacia formas de transporte más sostenibles.
Foto: Ajuntament de Barcelona