Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
La verdadera prueba de una sociedad compasiva y justa no está en cómo trata a los ricos y poderosos, sino en cómo cuida a los más vulnerables.
Meloni ha cumplido su triste promesa: retirar la Renta de Ciudadanía “a los que pueden trabajar”, una pequeña ayuda que recibían algunas familias consideradas vulnerables hasta que encontraran un empleo. Esta situación revela un claro ejemplo de aporofobia institucional.
La retirada, que afecta a 169.000 familias a partir de agosto, destapa una realidad alarmante: la extrema derecha de Meloni gobierna solo para los ricos.
Un ataque a los vulnerables
El SMS que llegó a las familias beneficiarias no fue solo un mensaje de texto; fue un golpe al corazón de quienes luchan por sobrevivir en una economía desafiante. En lugar de ofrecer oportunidades y asistencia a los más vulnerables, el gobierno de Meloni parece haber declarado la guerra a los pobres.
La substitución de la Renta de Ciudadanía por nuevas medidas, aunque se presente como una reforma, no puede ocultar su naturaleza punitiva. Parece estar diseñada para castigar a quienes, en los ojos del gobierno, no merecen ayuda. Esto no es más que aporofobia disfrazada de política económica.
Las contradicciones de Meloni
La política de Meloni está plagada de contradicciones. A pesar de prometer mantener la renta para aquellos que no pudieran acceder al mercado laboral, ahora la suspende, abandonando a su suerte a miles de familias que dependían de ella.
Los planes futuros del gobierno, como el programa de Apoyo a la formación y el trabajo o el nuevo Subsidio de Inclusión, parecen buenas ideas sobre el papel, pero no garantizan una solución a corto plazo. Mientras tanto, las familias que luchan por llegar a fin de mes se ven privadas de su red de seguridad.
La extrema derecha: solo para los ricos
Lo que está sucediendo en Italia no es un hecho aislado, sino una manifestación de una realidad más amplia: la extrema derecha de Meloni gobierna para los ricos y da la espalda a los necesitados.
Las acusaciones de la oposición de que el gobierno está librando “una batalla contra los pobres” son difíciles de refutar. La ineficiencia alegada de la Renta de Ciudadanía no justifica su suspensión abrupta y sin una transición adecuada. La ministra de Trabajo, Marina Calderone, puede afirmar que la Renta fue un derroche de recursos, pero ¿qué es derrochar cuando se trata de la dignidad y la supervivencia de los ciudadanos?
La retirada de la Renta de Ciudadanía en Italia es un recordatorio inquietante de cómo las políticas de la extrema derecha pueden ser ciegas ante la pobreza y la desigualdad. La aporofobia institucional de Meloni muestra una falta de comprensión de la complejidad de la pobreza y una disposición a sacrificar a los vulnerables en el altar de la ideología.
La verdadera prueba de una sociedad compasiva y justa no está en cómo trata a los ricos y poderosos, sino en cómo cuida a los más vulnerables. El gobierno de Meloni ha fallado en esta prueba, y las familias afectadas por su decisión pagarán el precio. Es hora de que enfrentemos la dura realidad de la aporofobia en la política y trabajemos juntos para crear un mundo más inclusivo y compasivo.