Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
La desecación de la laguna principal de Doñana, conocida como Santa Olalla, por segundo año consecutivo, ha sido confirmada recientemente por el personal de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). Este alarmante fenómeno es un claro indicio de la situación de alerta que enfrenta este espacio natural Patrimonio de la Humanidad.
Los científicos de la EBD-CSIC consideran que la desecación de Santa Olalla durante el verano es “una de las mayores evidencias del deterioro del sistema de lagunas, indicando la ausencia de refugios acuáticos estivales para la fauna y flora acuáticas del manto eólico de Doñana”. En el presente año, esta circunstancia se ha manifestado semanas antes que en 2022.
El ciclo hidrológico 2021-2022, según el Programa de Seguimiento de la ICTS-RBD, ha registrado niveles de precipitación sumamente bajos en la última década, con tan solo 283 milímetros. Las condiciones no han mejorado sustancialmente en el presente año, con precipitaciones similares (337 milímetros hasta agosto).
A ello se suman las temperaturas máximas excepcionalmente altas en los últimos dos años, así como la temperatura media anual más elevada registrada (18,53 °C).
Sin embargo, estos factores no son los únicos responsables del declive del sistema lagunar. Un estudio realizado por la EBD-CSIC en 2023, basado en 40 años de datos, revela que el 59% de las lagunas de mayor tamaño en Doñana ya han desaparecido. Esto está estrechamente relacionado con la sobreexplotación del acuífero que alimenta el sistema lagunar.
Ante esta cruda realidad, la organización ecologista Greenpeace ha expresado su “indignación”, resaltando el preocupante estado de conservación del humedal más protegido de España.
Greenpeace atribuye esta situación a la “sobreexplotación y mala gestión del agua que se hace fuera de los márgenes del espacio natural protegido”. También se señala la posible influencia de la propuesta de ley para la mejora de la ordenación de regadíos en la Corona Norte de Doñana, que se está tramitando en el Parlamento andaluz.
Juanjo Carmona, coordinador de la Oficina Técnica de WWF en Doñana, ha criticado la falta de voluntad política por parte de la Junta de Andalucía para abordar esta problemática, destacando el incremento de los regadíos y los usos del agua en la región, agravado por una explotación ilegal anual de más de mil hectáreas.
A pesar de estas preocupaciones y críticas, el director de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), Eloy Revilla, mantiene un optimismo cauteloso. Aunque la laguna de Santa Olalla se haya secado por segundo año consecutivo, Revilla considera que la recuperación es posible, enfocándose en la reducción del uso del agua del acuífero tanto en la agricultura como en los usos humanos. No obstante, enfatiza la necesidad de separar esta cuestión de consideraciones políticas.
Este es el segundo año consecutivo de desecación de la laguna, siendo la primera vez que se registra tal suceso desde que se tienen datos documentados.