El Partido Socialista Español ha vuelto a poner en la mesa un proyecto de ley denominado “abolicionista” en relación con la prostitución. Este proyecto, que no logró aprobarse en la legislatura anterior, busca la prohibición de esta actividad, generando un amplio debate sobre sus posibles efectos en las mujeres que se dedican a la prostitución, especialmente en aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, como es el caso de migrantes sin documentación, mujeres trans y aquellas que no tienen otras opciones laborales.
La ministra de Igualdad ha delineado los contornos de la ley, que prevé la penalización de prácticamente todos los aspectos relacionados con el trabajo sexual, incluidos la cesión de espacios para su ejercicio y cualquier beneficio económico derivado del mismo. Esta posición ha generado críticas, pues, aunque oficialmente no se perseguirá directamente a las trabajadoras sexuales, la restricción de su entorno laboral tiene el potencial de afectar negativamente sus vidas, llevándolas a una mayor clandestinidad y exposición a la violencia.
Efectos de la Ley en la Vivienda y los Espacios de Trabajo
Un aspecto preocupante de la propuesta es cómo afectará a las trabajadoras sexuales en términos de vivienda y lugares donde ejercen su oficio. La penalización de la cesión de espacios podría complicar el arrendamiento de pisos o habitaciones, afectando su acceso a una vivienda y capacidad para trabajar de manera segura.
La Postura de la Prostitución en la Sociedad
La ley propuesta trae consigo no solo un cambio legislativo, sino también una perspectiva moral y social sobre el trabajo sexual. Algunos críticos argumentan que el proyecto de ley, más allá de sus implicaciones prácticas, promueve un enfoque punitivo que afecta principalmente a las mujeres en situaciones de pobreza y a las migrantes, reforzando controles migratorios y penales en lugar de ofrecer soluciones basadas en los derechos y el bienestar de las trabajadoras sexuales.
Posibles Alternativas
Frente a los cuestionamientos sobre las consecuencias negativas de una implementación abolicionista, se plantea el debate sobre la despenalización del trabajo sexual como una posible estrategia de reducción de daños. Esta aproximación buscaría incrementar la seguridad y reducir la violencia en el trabajo sexual, ofreciendo a las trabajadoras mayor autonomía y protección.
Este debate subraya la complejidad de abordar el trabajo sexual desde una perspectiva legislativa, resaltando la necesidad de dialogar con las trabajadoras sexuales y entender sus demandas y condiciones de vida. La ley, en su actual configuración, enfrenta resistencias tanto dentro del gobierno como en la sociedad, abriendo preguntas sobre la efectividad de las políticas abolicionistas y la búsqueda de enfoques más comprensivos y respetuosos con los derechos de las trabajadoras sexuales.
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