Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
El estado insular de Singapur, conocido por su estricta legislación antidrogas, se ha visto envuelto en un debate internacional luego de la ejecución de Tangaraju Suppiah. A Suppiah, un ciudadano singapurense de origen tamil de 46 años, se le condenó a muerte en 2018 por su implicación en el tráfico de un kilo de cannabis.
La controversia no solo proviene del hecho de que la marihuana tiene reconocimiento legal para uso medicinal en más de 40 países, sino también de las denuncias de irregularidades procesales que la familia y organizaciones de derechos humanos han planteado reiteradamente.
Detalles del Caso
Tangaraju Suppiah, conocido cariñosamente como “Appu” por sus allegados, fue condenado por “participar en una conspiración de tráfico” de un poco más de un kilo de cannabis en 2013. Según el veredicto judicial, Appu operaba una línea telefónica que los traficantes usaban para coordinar el contrabando de la droga desde Malasia a Singapur. A pesar de que tanto él como sus abogados argumentaron que nunca tuvo contacto directo con la droga y que fue involucrado injustamente en el caso, la sentencia de muerte fue confirmada en 2018 y reafirmada por otro tribunal a finales de 2022 tras el agotamiento de todas las apelaciones posibles.
La familia de Suppiah y varias organizaciones de derechos humanos han denunciado que no se le proporcionó una asesoría jurídica adecuada y que se le negó el acceso a un intérprete de tamil durante los interrogatorios policiales. Asimismo, alegan que la fiscalía nunca reveló pruebas cruciales para el caso.
La Rígida Legislación Antidrogas de Singapur
Singapur es mundialmente reconocida por sus leyes antidrogas extremadamente severas. El estado contempla la pena de muerte para aquellos involucrados en el tráfico de al menos 500 gramos de marihuana. A pesar de las presiones internacionales para abolir la pena capital, las autoridades de Singapur sostienen que esta medida es un efectivo elemento disuasorio contra el narcotráfico.
El Consumo de Marihuana y el Historial de Suppiah
Tangaraju Suppiah había consumido marihuana desde su adolescencia. Nacido en una familia humilde, pasó su juventud entrando y saliendo de centros de menores y de prisión. En el momento de su implicación en el caso de tráfico de marihuana, se encontraba en libertad condicional tras una detención por no acudir a un control de drogas policial.
Ejecuciones en Singapur: Un Debate Sin Fin
La ejecución de Suppiah representa la primera que se lleva a cabo en Singapur en seis meses. En 2022, Singapur reanudó las ejecuciones tras una moratoria de más de dos años debido a la pandemia de COVID-19, llegando a realizar 11 ejecuciones de narcotraficantes en el transcurso del año. Este hecho, que incluyó la ejecución de un preso malasio con discapacidad intelectual, Nagaenthran K. Dharmalingam, condenado por poseer 43 gramos de heroína, generó una ola de protestas internacionales y pronunciamientos de la ONU.
Respuestas Internacionales y Locales
La comunidad internacional ha expresado su repudio ante la reciente ejecución de Suppiah. Phil Robertson, director adjunto para Asia de Human Rights Watch, manifestó que las pruebas contra Suppiah estaban “lejos de ser claras”. Amnistía Internacional (AI), por su parte, catalogó la ejecución como “arbitraria e ilegal”. Ming Yu Hah, director regional adjunto de AI, afirmó que este suceso “demuestra una vez más el rotundo fracaso que supone la obstinada adopción de la pena de muerte en Singapur”.
Pese a las críticas internacionales, el Ministerio de Interior de Singapur declaró que la culpabilidad de Suppiah había sido demostrada “más allá de cualquier duda razonable”. Según las autoridades, se encontraron dos teléfonos móviles que pertenecían a Suppiah y se utilizaron para coordinar la entrega de los narcóticos.
Singapur y su Lucha contra las Drogas
Desde que Singapur logró la independencia de Malasia en 1965, este pequeño estado insular de solo 5.6 millones de habitantes ha estado gobernado por la familia del actual primer ministro, Lee Hsien Loong, quien ha estado en el cargo desde 2004. Su padre, Lee Kuan Yew, fue responsable de transformar esta ciudad-estado de pobreza a un próspero centro financiero global.
Aunque Singapur es considerada una democracia próspera con cierto pluralismo político, persisten rasgos autoritarios. La libertad de prensa se ha visto limitada en los últimos años por varias leyes de seguridad nacional, y la presión del gobierno ha llevado a la autocensura por parte de los periodistas, como denuncian diversas ONG.
Pena de muerte en el mundo
La pena de muerte es una de las formas más severas de castigo en el sistema judicial y se aplica por una variedad de delitos, dependiendo de la legislación de cada país. Aunque muchos países han abolido esta práctica, otros la mantienen como una sanción válida. A continuación, se presenta una lista de algunos países que aún permiten la pena de muerte y una breve descripción de cómo se aplica en cada uno.
Estados Unidos
En los Estados Unidos, la pena de muerte es una opción para ciertos crímenes graves a nivel federal y estatal. Sin embargo, su aplicación varía significativamente de un estado a otro. Algunos estados han abolido la pena de muerte, mientras que otros la usan con regularidad. Los delitos que pueden resultar en la pena de muerte incluyen, entre otros, asesinato en primer grado, espionaje, traición y tráfico de drogas a gran escala.
China
China es uno de los países que más frecuentemente aplica la pena de muerte, aunque las estadísticas exactas son un secreto de estado. Los delitos que pueden resultar en la pena de muerte en China son variados y van desde el asesinato y el tráfico de drogas hasta delitos económicos graves y corrupción.
Irán
En Irán, la pena de muerte se aplica por una serie de delitos que incluyen asesinato, violación, tráfico de drogas, apostasía, homosexualidad y adulterio. Las críticas internacionales se han centrado en el uso de la pena de muerte en Irán, especialmente en lo que respecta a su aplicación en casos de delitos de drogas y contra menores de edad.
Arabia Saudita
Arabia Saudita aplica la pena de muerte por una serie de delitos que incluyen asesinato, tráfico de drogas, terrorismo, robo a mano armada, violación y apostasía. Las ejecuciones suelen llevarse a cabo mediante decapitación pública.
Singapur
En Singapur, la pena de muerte es una sanción obligatoria para ciertos delitos, incluyendo el asesinato y el tráfico de ciertas cantidades de drogas. A pesar de las críticas internacionales, Singapur mantiene que la pena de muerte es un disuasivo eficaz contra el crimen.
Corea del Norte
Aunque los datos son escasos debido a la naturaleza cerrada del régimen, se sabe que Corea del Norte utiliza la pena de muerte. Los delitos que pueden resultar en la pena de muerte incluyen traición, terrorismo y crímenes contra el estado.