Según un estudio de la organización Transport&Environment, vivir cerca de un aeropuerto puede ser perjudicial para la salud debido a las partículas ultrafinas (UFP) que emiten los motores de los aviones. Estas partículas, que tienen un diámetro inferior a 100 nanómetros, pueden penetrar profundamente en el organismo y están asociadas a un aumento en el riesgo de padecer diabetes, demencia e hipertensión arterial. El informe se basa en datos del Instituto de Salud Pública de Países Bajos (RIVM) y se ha aplicado a los 32 principales aeropuertos europeos.
Aumento del riesgo de enfermedad
Las partículas ultrafinas que desprenden los aviones durante las fases de despegue y aterrizaje pueden asociarse a 280.000 casos de hipertensión arterial, 333.000 de diabetes y unos 18.000 de demencia en Europa. En España, los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Palma y Málaga son particularmente preocupantes debido a su alto volumen de vuelos y la densidad de población en sus alrededores.
Impacto de las partículas ultrafinas
Estas partículas, al ser extremadamente pequeñas, pueden ingresar al torrente sanguíneo y alcanzar órganos internos como el cerebro y la placenta. El informe de T&E indica que en áreas situadas a menos de 5 km de un aeropuerto, las concentraciones de micropartículas pueden alcanzar niveles significativamente altos, aumentando así el riesgo de enfermedades crónicas.
Efectos a corto plazo
El estudio también revela que la exposición a largo plazo a las UFP está ligada a un empeoramiento de problemas respiratorios y un incremento en el uso de medicinas contra el asma. En Heathrow (Londres) y Charles de Gaulle (París), las concentraciones de UFP llegan a ser especialmente altas, con entre 8.000 y 10.000 partículas por cm³ de aire.
Sustitución de vuelos cortos por trenes
T&E aboga por reducir el número de vuelos, especialmente aquellos de corta distancia que pueden ser sustituidos por alternativas ferroviarias. Esta medida ayudaría a reducir las emisiones y la contaminación atmosférica. En España, la ampliación de aeropuertos como el de Barajas-Adolfo Suárez en Madrid supondría un aumento significativo en el tráfico aéreo, lo cual podría agudizar los impactos sobre la salud de millones de personas.
Soluciones propuestas
Para mitigar estos efectos, es esencial adoptar combustibles sostenibles que reduzcan las emisiones contaminantes de los aviones. Asimismo, limitar el crecimiento del tráfico aéreo y promover el uso del tren en rutas nacionales son medidas clave para reducir estos riesgos.
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