En los dos últimos años el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural en España, pero al respecto solo puede vislumbrarse mediante estudios privados.
Desde NoticiasTrabajo.es, medio online especializado en información laboral, se ha realizado un informe acerca del suicio laboral en España, esto es, muerte no natural por factores externos relacionados con el puesto de trabajo.
«A través de este estudio se busca profundizar y dar respuestas claras a un tema hasta ahora tabú en la sociedad actual y relacionado intrínsecamente con la salud mental y que, sin embargo, no ha sido abordado por los medios de comunicación hasta ahora», indican desde el portal.
España, según los datos contrastados, además, es uno de los países que más está siendo golpeado por el suicidio, de hecho es la mayor causa de muerte no natural en el territorio nacional. Así lo demuestran los datos ofrecidos por la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, que se recogen con la ayuda del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En ellos se puede observar que solo en el año 2020, se quitaron la vida un total de 3.941 personas en nuestro país lo que supone un aumento del 7,9 % con respecto a los datos que se recogían en el año anterior.
Con estos datos se calcula que hay una media de diez suicidios al día en España.
«Pero estas no son las únicas cifras que se deben tener en cuenta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada persona que se quita la vida, hay 20 intentos de suicidio entre la población española, lo que hace prever que, durante los 12 meses que dura un año natural, unas 80.000 personas podrían haber intentado suicidarse en España», indica el medio.
Las conclusiones del estudio indican que los motivos principales que vehiculan esta lacra son la depresión y el estrés laboral.
«Además, la pandemia del Covid-19, los despidos masivos y la falta de contratación también ha conllevado a que esta cifra no sólo se dispare en cuánto al ámbito de los trabajadores. Sino que también ha afectado a los desempleados que no logran incorporarse al mercado laboral y, por lo tanto, tampoco logran obtener unos ingresos mínimos para hacer frente al pago de sus facturas o la vivienda. Un hecho que ha conllevado en numerosos casos al desahucio, otro factor de riesgo para aquellos demandantes de empleo que se encuentran en un riesgo extremo de exclusión social y que optan por esta vía para evitar tener que mendigar», apuntan desde el informe.