Hace diez años, el 26 de junio de 2014, un grupo de activistas vecinales, personas vinculadas a entidades y figuras del ámbito académico y cultural, incluidas Ada Colau, entonces portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), se unieron para construir una alternativa política en una época dominada por corrupción y recortes.
El contexto que impulsó Barcelona en Comú
En aquel momento, Barcelona estaba gobernada por Convergència i Unió, con Xavier Trias como alcalde, y la ciudad se percibía como un producto destinado a atraer al mejor postor. En respuesta a esta situación, Barcelona en Comú se propuso como una alternativa basada en cuatro principios: garantizar derechos básicos, proponer un modelo económico alternativo al monocultivo turístico, velar por la transparencia y la radicalidad democrática, y demostrar que la política institucional podía hacerse de manera diferente, limitando mandatos y salarios.
Las políticas de Barcelona en Comú
Durante los ocho años de gobierno de Barcelona en Comú, se trabajó intensamente para establecer una agenda centrada en los derechos de los ciudadanos. Se abordaron problemas de acceso a la vivienda, pobreza energética, contaminación del aire, falta de empleo de calidad y carencia de espacios verdes. Además, se consolidó el modelo de ciudad conocido como “Superilla Barcelona”, que prioriza la escala humana y se distancia de la idea de la ciudad como una marca comercial.
El enfrentamiento con los poderes establecidos
La administración de Ada Colau y Barcelona en Comú enfrentó varios desafíos, incluyendo la oposición de lobbies económicos y la especulación financiera, personificados por actores como AGBAR, Fomento del Trabajo y Blackstone. Estas entidades utilizaron el lawfare y las fake news para judicializar políticas que consideraban contrarias a sus intereses. Con un telón de fondo de fatiga electoral y la erosión de las confluencias municipalistas, la ciudadanía optó por un retorno a modelos más tradicionales en las últimas elecciones, beneficiando al nuevo alcalde.
El futuro de Barcelona en Comú
Ahora, Barcelona en Comú se enfrenta a un nuevo reto: reconfigurar su rol en la oposición. La necesidad de ocupar un espacio útil en la institución y aprovechar los altavoces mediáticos será clave. Ser una oposición de izquierdas al gobierno de Jaume Collboni, que tanto está decepcionando a las clases populares de Barcelona.
Foto: commons.wikimedia.org