El éxodo urbano gana fuerza en la metrópolis catalana. Según el estudio realizado por el Institut Metròpoli, se espera que alrededor de 70.000 personas abandonen las áreas urbanas en los próximos cinco años para realizar la migración a las zonas rurales. Los municipios rurales y semidensos dentro y fuera de la región metropolitana de Barcelona serán los principales beneficiarios de estos movimientos demográficos.
El retrato del éxodo de Barcelona
Idescat recopiló datos que indican un crecimiento significativo en el número de personas que se mudan desde las ciudades a las áreas rurales. La tasa de crecimiento se ha mantenido constante desde la pandemia. Además, se prevé que en los próximos cinco años unas 70.000 personas migrarán desde áreas urbanas hacia áreas semidensas o rurales, tanto dentro como fuera de la región metropolitana de Barcelona.
El deseo de mejorar las condiciones de vivienda y el entorno residencial es la razón principal detrás de este fenómeno. Según la Enquesta de Cohesión Urbana (ECURB), casi la mitad de las personas, especialmente las familias jóvenes, abandonan la ciudad para vivir en áreas rurales. Otros motivos incluyen la formación de un nuevo hogar, razones laborales y factores económicos.
De la metrópolis a la campiña
El informe destaca también que tres ciudades de la región metropolitana lideran el saldo migratorio negativo en 2021: Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat y Santa Coloma de Gramenet. El fenómeno, que ha sido constatado en toda Catalunya, señala un proceso de desurbanización.
El estudio concluye que, aunque el movimiento rural es todavía minoritario, ha alcanzado cifras de migración similares a las de la última oleada inmobiliaria en 2007. Sin embargo, a diferencia de aquel momento, “no existe esa pulsión de producción inmobiliaria”, se afirma en el informe.
Foto: www.britannica.com