
Barcelona: una ciudad amiga para los perros.
En una reciente entrevista en el programa Bàsics (BTV) la periodista y escritora Pilar Eyre se quejó que en su barrio, Les Tres Torres, perteneciente al distrito de Sarrià Sant Gervasi, no hay suficientes zonas verdes, ni espacios para el recreo de los perros. “Teníamos un parque, el Parque Clarà donde nos reuníamos” dijo Eyre, lástima que ese parque no es un parque, sino la entrada a una Biblioteca. A 300 metros sí que tienen un parque, el Buigas. Confieso que siento gran admiración por la periodista Pilar Eyre. Por sus crónicas “reales” y mundanas, por sus exclusivas, por cómo ha tratado, libre y con desparpajo, el regreso del emérito y por su gran sentido del humor, sobre todo en cada uno de sus tuits. Pilar es una barcelonesa de esas que no se cansa de proclamar a los cuatro vientos su profundo amor a Barcelona. En eso coincidimos plenamente. Como también en nuestra militante defensa por la vida de los animales. Eyre no se calla cuando llega a sus manos una noticia de maltrato animal. Comparte en redes fotos de su querido Fender, al igual que yo de Braco. En muchas ocasiones se ha declarado “seguidora” del Partido Animalista. Hace poco lanzaba en twitter el caso del pabellón de caza de Juan Carlos de Borbón y se preguntaba si esta cámara de los horrores la había mantenido el actual rey de España. Le sugerí que se podía preguntar por ello y automáticamente alguien del Grupo Mixto en el Congreso lo preguntó. Gracias.
Ante mi asombro por sus declaraciones quise contrastar y documentarme. Para ello entré en la web de los barrios del Ayuntamiento de Barcelona. Como buena progresocialcomunista me puse a recopilar “datos”. Pues ahí van. Sarrià – Sant Gervasi es el distrito de Barcelona con más zonas verdes de la ciudad. ¡Oh, what a pity! La densidad de habitantes por hectárea en Tres Torres es de 211 habitantes. La de Gracia son 603, mi barrio, El Clot es de 389 y Sant Antoni 479. No voy a poner la densidad del Raval o Eixample, porque la cifra no me cabe en este articulín. Es cierto que es un barrio bastante desordenado urbanísticamente, algo que no ha impedido que sea una de las zonas con las viviendas más caras, a casi 7.000 € m2. Calles estrechitas, una vía como Mitre, territorio comanche para los coches, lo que provoca una movilidad compleja. Sugiero a los trestorrenses que además de exigir más zonas verdes, que ya las tienen, apuesten por un cambio revolucionario, les invito que se pasen por la Meridiana o Glòries, sin el coche, por favor y comparen. Ganarle espacio al coche beneficia también a nuestros perros.

Cada vez que leo que Barcelona no es una ciudad para los perros, se me mueren tres gatitos. Barcelona, Paris, Londres, Madrid – donde paso muchos días de mi vida – en sus centros, en sus barrios densos, no son el mejor lugar para que los perros puedan ir como perro por su casa. Cierto. Una ciudad densa no cubre las necesidades vitales de un perro, a no ser que se esté dispuesta a dar un paseo y acercarse a las zonas de recreo en parques, plazas o jardines preparados para que los perros puedan jugar, socializarse con otros perros y otros humanos.
Tengo entendido que Barcelona es una ciudad pionera por tener en cuenta el bienestar animal. Esto no ha sido un regalo caído del cielo, sino por la activa y potente red de asociaciones y entidades animalistas que han trabajado y se han movilizado para que las ordenanzas municipales no olviden los derechos de los animales. Pero si hay un dato que demuestra que los habitantes de Barcelona son sensibles y amigos de los animales son los 150.000 perros con los que compartimos la vida. Por este motivo la ciudad se ha tenido que esmerar, desde hace muchos años, en disponer de espacios para ellos. Actualmente son 111 zonas de recreo, grandes, medianas o pequeñas, repartidas por la ciudad, seguramente insuficientes todavía, debido al gran número de perros que viven en Barcelona. La actual ordenanza municipal ha obligado a desarrollar las zonas ZUC (zona de usos compartidos) en franjas horarias. Son espacios donde los perros pueden ir sin atar. No se deben confundir los espacios de recreo, vallados, adaptados para que los perros corran, jueguen, lugares vallados y con seguridad, con las ZUC, donde pueden ir sin atar bajo la responsabilidad de quien lo lleva y que suelen ser vías o espacios, que ya desde hace tiempo han sido lugar de encuentro de las personas con perro.
Quienes tenemos perro sabemos que existe otro “temazo”: el de la convivencia. Todas hemos recibido aquella mirada inquisidora del “quita, bicho, quita” que nos viene directamente de algún vecino. O, por ejemplo, las quejas reiteradas de los usuarios de parques, que no soportan la presencia de un perro suelto, ni los corros de personas con perro. Este rechazo al perro, sin embargo, no ha frenado ni a los animalistas, ni a las personas con perro, ni a quien gobierna la ciudad. Las animalistas lo notamos enseguida. Sabemos cuándo una ciudad quiere a sus animales, solo hace falta consultar el organigrama del Ayuntamiento, visitar su página web y ver en qué lugar está el bienestar animal. Si vemos que existe un departamento de derechos de los animales, como es el caso, si existe un consejo municipal ciudadano referente, el de Barcelona ha cumplido 25 años o una ordenanza pionera que tenga por objetivo erradicar el abandono y el maltrato, si vemos espacios dignos para su recreo, si podemos acceder al transporte público con total normalidad, si además existe una playa para ellos y si celebramos que pronto existirá un nuevo Centro de Acogida, mejor que el que existe, que ayudará a fomentar las adopciones. Si todo esto es constatable, entonces sí se puede decir que vivimos en una ciudad amiga de los animales, de todos los animales. Como dice mi amigo Johan “vamos a sumar y no a restar”. Y Barcelona sigue sumando en derechos de los animales.