Sobrevivir a la guerra geopolítica: La región del Sahel es la franja situada entre el Sahara y el Golfo de Guinea y, hoy por hoy, es un infierno vivir allí. Cuando hablo de infierno no me refiero a las altas temperaturas, llegando a los 50 grados en algunas épocas del año, sino a los millones de desplazados internos, resultados de las violencias yihadistas. Burkina Faso, Mali y Níger, la población está viviendo un auténtico calvario desde 2011, año en el que la OTAN, liderada por Francia, decidió en nombre de la democracia invadir Libia. Desde entonces, también han proliferado las bases militares y fuerzas francesas, y el número de grupos yihadistas en la zona hasta que, recientemente, juntas militares tanto en Burkina cómo en Malí llegaron al poder, y han pedido salida inmediata de sus respectivos territorios. ¿Esta decisión es una cuestión de sobrevivencia o de soberanía? ¿Cómo puede afectar la estabilidad de la zona y de Europa?
Los grupos yihadistas dictan sus leyes en Sahel bajo la mirada impasible del mundo. Más de una década de presencia militar francesa en el Sahel no ha hecho que incrementar la violencia hacia la población civil, miles de escuelas cerradas, y la administración ha desaparecido en gran parte del territorio.Y aún peor, los convenios militares opacos que se firmaron en los años de las “independencias”, que impiden las adquisiciones de material de defensa, están caducados, y limitan considerablemente las capacidades de los gobiernos de luchar eficazmente contra el terrorismo en el Sahel. Burkina y Malí han pedido la salida del ejército francés de sus respectivos territorios, ¿Cuál es el motivo? No es la primera vez que un país toma una decisión semejante.
El 6 de marzo de 1966 Charles De Gaulle, ex presidente de Francia, que dirigió el país durante la segunda guerra mundial escribió a su homólogo Lyndon Johnson para anunciarle la retirada de Francia de la OTAN. El motivo, recuperar su soberanía y la de su espacio aéreo. En resumen, Francia pedía su independencia, y es lo mismo que piden un gran número de países africanos, conscientes de que deben luchar por su independencia real.
Como decía Sankara: un pueblo consciente no puede confiar la defensa de su patria a un grupo de hombres, sea cual sea sus habilidades. Los mismos pueblos asumen la defensa de su patria.
Por eso, ni Francia, ni Rusia, ni ningún otro país ha de asumir la defensa de Burkina.¿Qué se le reprocha a Francia?
Si la destrucción de Libia es la consecuencia directa del infierno que se vive en el Sahel, Francia y el resto de los países de la OTAN, incluyendo España tienen una responsabilidad directa y deben responder ante ella. Son las armas proporcionadas a los rebeldes de Bengasi para derrocar a Gadafi que son utilizadas hoy el Sahel para masacrar a la población civil. Solo 2022 ha contabilizado más de 9 mil muertos y millones de desplazados. OTAN y Francia, han de reconocer su papel en la degradación de la situación seguritaria en el Sahel y asumir su responsabilidad.
Esa responsabilidad se debe asumir desde los hechos, proporcionar las ayudas necesarias a dichos paises para combatir yihadismo y dejar de lado el chantaje, las amenazas y la violación de la soberanía. ¿El cumplimiento con la carta de los derechos humanos no debería ser un deber de todos? Parece que las exacciones, ejecuciones y violaciones no atentan contra los cuerpos negros. Dónde están los defensores de los derechos humanos frente a tanta injusticia? Desgraciadamente hay que esperar que las víctimas sean personas blancas occidentales, o tocar los intereses de Europa y de EEUU para intervenir.
Desde que comenzó la guerra de Ucrania se ha destinado ayuda, y basta a Burkina 1/100 para recuperar su territorio. En vez de una ayuda, se está haciendo campaña mediática sobre la presencia de Wagner en Mali, posible colaboración con Burkina o la República Democrática del Congo o de guerra geopolítica para desviar cualquier responsabilidad o asumir que han fracaso en la lucha contra el yihadismo, o que quieren creer que han estado luchando para defender al Sahel. Un poco de compasión, humildad y de autocrítica vendría bien. Hablo de compasión, por las familias de las víctimas; por una guerra invisibilizada que habéis provocado; por los millones de personas desplazadas internas que viven su día a día con terror, desesperación y una situación de extrema vulnerabilidad.
Hace un mes, 80 mujeres fueron secuestradas en el norte de Burkina, las violaciones, son cotidianas, están presentes en lo cotidiano,), la violención de los derechos humanos es moneda corriente. Las ciudades están desbordadas de su capacidad y el número de desplazados va en aumento a un ritmo frenético.
La semana pasada, en la aldea de mis padres, asesinaron a 15 personas, y todas ellas musulmanas, quemaron los graneros, se llevaron el ganado, los medios de transportes y ni siquiera reivindican los ataques ya. Después del ataque, el pueblo se vació de su gente. Me duele contarlo, pero esta es la realidad de Burkina, la tierra que me vio nacer. Me duele aún más cuando nadie hace nada para frenar esa barbaridad, o a los políticos criminalizar a las personas que huyen de la violencia, a Feijo relacione el fundamentalismo con Inmigración. Esta es la vivencia de cada día de un pueblo abandonado a su suerte, que sabe a que santo dirigir sus plegaria, nada más que poder vivir en paz. Esa la realidad que nadie cuenta, pero resulta más interesante hacer creer al mundo que se trata de Wagner, el grupo paramilitar Ruso, acusado de violación de derechos humanos en Ucrania, Siria, República Centre Africana… y que quiere hacerse con África. No es Wagner, ni Rusia, se trata de la sobrevivencia de un pueblo en agonía que llama al auxilio, de un gobierno que quiere recuperar su soberanía y de una juventud que reclama libertad frente al dominio y expolio occidental.
El Sahel es rico en recursos minerales y todo el mundo lo sabe y por ello es zona estratégica. Burkina Faso hace frontera con 6 países, Malí, con una superficie de 1 240 192km² comparte fronteras con otros 8 países, es un punto de partida del yihadismo para acceder a las costas atlánticas, y si no se frena extenderá su dominio sobre el Océano Atlántico.
El siguiente paso sería llegar a las costas de América del sur y de Europa. Y se volverá en contra de los que originaron la situación y apadrinan los grupos terroristas en el Sahel. La preocupación es real, ya que se está expandiendo como una pólvora. No estamos hablando del ataque de un perturbado, desequilibrado de Algeciras, sino de una amenaza real, si no destinan medios y recursos al Sahel de aquí 5 años ya será tarde y las consecuencias devastadoras. Solo los países de Sahel son conscientes de ella, y que a pesar de estar ahogados por el embargo impuesto, hacen todo para frenar el avance de estos grupúsculos.
Lo que necesita Burkina es tener la soberanía de su territorio, defender a su población y ofrecer un futuro mejor y tranquilo a los millones de almas. Queda claro, sin embargo, que
no hay en este momento las mismas prioridades, ni los mismos intereses, demuestra la jerarquización de la importancia de una vida frente a otra.
Cómo se dice:”la esperanza es la última que se pierde”, y estoy convencido de que, Burkina, Mali, Niger… seguirán luchando hasta el último aliento. La gestión de esta crisis marcará un antes y un después en las relaciones regionales y con occidente.
Victoria al pueblo del Sahel.