Artículo publicado originalmente en CatalunyaPlural.
El 8 de marzo el Ministerio de Igualdad presidido por Irene Montero presentó el que será el plan de trabajo de aquí a los próximos cuatro años para intentar reducir todas las desigualdades estructurales que tenemos como país, así como para recoger las máximas demandas posibles que el movimiento feminista ha estado reclamando durante años y que parece que, ahora, se empiezan a escuchar.
Dentro de este plan de igualdad (y porqué no decirlo, dentro de este ejercicio de transparencia) expusieron que la partida presupuestaria con la que contaban sería de 20.000 millones de euros; esto, que ya ha sido usado por la derecha, la extrema derecha y la ultraderecha para generar, si cabe, más odio por las políticas feministas, no ha hecho más que demostrar la necesidad de la destinación de estos millones de euros para, precisamente, que las mujeres seamos tratadas en igualdad de condiciones.
Fakenews, demagogia y desinformación
Aun así, hemos visto que esta polémica generada mediante: bulos, demagogia y sensacionalismos no hace más que evidenciar lo que ya sabíamos: las políticas feministas para potenciar la igualdad parecen molestar a cierto sector.
Para desprestigiar el plan del Ministerio de Igualdad se han dicho barbaridades infundadas en populismo y mentiras: que si es corrupción, que si son chorradas, que si el Ministerio es un chiringuito, que si esas políticas son necesarias, pero ¿para qué sirven estos 20.000 millones de euros? Porque, de entre toda la demagogia infundada, ningún partido político que defiende que no es necesaria esta partida presupuestaria ha salido a criticar las políticas concretas para aportar una solución a lo que ellos denominan “chorradas”.
Los 20.000 millones del Ministerio de Igualdad
Así pues, entre tanto sensacionalismo, vamos a exponer los datos reales: es cierto que el Ministerio contará con una partida presupuestaria de 20.000 millones de euros pero ¡ojo! dividido en 4 años reduciéndolo así, a 5.000 millones de euros anualmente.
El 70% de la partida presupuestaria se destinará a pagar los permisos de maternidad y paternidad así como las ayudas al cuidado de menores, incluídos a su vez, los y las menores con enfermedades graves (esto, según Ayuso, es un derroche); el 17% va destinado a las ayudas para pagar las guarderías así como potenciar la corresponsabilidad; 500 millones de euros se destinarán a intentar terminar con la brecha de las pensiones de las mujeres para poder hacer una equiparación con la de los hombres, y 500 millones de euros, que sí son el presupuesto anual, irá destinado: a la ayuda, prevención y protección de mujeres maltratadas y a mejorar o construir las casas de acogida, alrededor de todo el país, para víctimas de violencias machistas que, en muchos casos, no tienen alternativa habitacional o en sus ciudades (cómo en la mía, Lleida) no disponen de dicho servicio.
Así pues, me gustaría hacer un par de apuntes: Vox, PP y Ciudadanos no titubearon ni un segundo para intentar desprestigiar un ambicioso plan que lo único que pretende es proteger, precisamente, a las familias así como potenciar la natalidad. Sin embargo, no salen con el mismo ímpetu y enfado cuando el gasto militar en nuestro país es de más de 20.000 millones de euros al año.
Parece ser pues, que lo que le molesta al sector de la derecha no es tanto la cantidad, sino que ese dinero (repartido en cuatro años) se destine a la igualdad, a la familia y a la natalidad en vez de destinarlo al gasto militar y a las armas.
El curioso concepto de “derroche” que tienen algun@s
La Presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Ayuso, tuvo incluso el valor de decir que las ayudas a menores con enfermedades graves (que protege el Ministerio de Igualdad con esta partida) era un derroche. Lo dice, precisamente, la misma mujer que ha adjudicado un contrato a dedo a su hermano.
Derroche, a mí modo de ver las cosas, no es precisamente el potenciar una natalidad garantista con la que no tengas que hacer renuncias personales ni que supongan un estrago económico o personal. Derroche no es garantizar que los permisos de cuidados se puedan llevar a cabo sin un sobrecoste para las empresas.
Derroche no es ofrecer a las víctimas de iolencia machista un lugar seguro para dormir. Derroche, para mí, son los contratos a dedo, el gasto en banderillas, el exagerado gasto militar, la oficina del español o usar dinero público para adjudicaciones fraudulentas no, precisamente, querer asegurar una igualdad de trato y de oportunidades.
Así pues, y como consejo viendo como funciona la política española y el nivel de nuestra derecha, la próxima vez que el Ministerio de Igualdad quiera proponer políticas que ayudan a la gente y a las familias y que, además, mejoran la vida exponencialmente de mujeres y hombres así como de los menores; lo mejor será que pongan banderitas de España en el título, coronas o armas porque así, nadie se echará las manos a la cabeza cada vez que se quiera invertir en políticas efectivas y reales que garantizan derechos y que, a su vez, cada día, parecen ser más necesarias.