Mientras escribo esto, un cocktail de sentimientos me recorre por dentro: la ilusión por encontrar por fin representación en la televisión con alguien que habla de muchas cosas que pienso y siento: el rapero Morad en Lo de Évole (la Sexta). Charlando con una compañera, hemos llegado a una conclusión: hemos llorado con esta entrevista. Emoción y orgullo si debo elegir dos palabras para definir cómo me siento ahora mismo con la entrevista, que ante todo ha sido la demostración que poca diferencia hay entre el artista y la persona.
Comenzamos hablando de la marginalidad, de los que nos hemos criado en barrios humildes, en las periferias, desde la experiencia que supone crecer en el barrio de La Florida en una casa de 50m2 con 8 personas, cuando habla de lo que supone llegar a España y tener que pelear por absolutamente todo e incluso de la necesidad de okupar frente a la falta de alternativas: “pobres pero no pobrecitos” que canta en la canción de MDLR, pero las declaraciones que ha hecho tampoco son desperdicio para entender esta frase: “Pobre no es nada malo. Pobre es que no te puedes permitir lo que se permiten otras personas. Eres pobre en dinero, pero no pobre en corazón (…)”. ¡Así se habla!
Con mucha humildad y cuidado ha hablado de la cuestión de crecer en un barrio humilde y de no tener recursos, pero también de cómo se estigmatizan los barrios populares y cuándo van los medios de comunicación a señalar las cosas malas. Poco se hablará de la labor que hace El Morad como referente de muchos niños y jóvenes que la pobreza ha sido su experiencia vital y a los que está educando en valores, primero con su mensaje de que hay una alternativa a la pobreza y que se alejen de la criminalidad, pero luego también quedándose en el barrio, pues como todos hemos podido escuchar, tiene dinero suficiente para vivir donde quisiera, pero ha preferido vivir en el barrio y ser una de las referencias de los Bloques de La Florida, sin ostentosidad ninguna pese a poder hacerlo.
Otro de los temazos que ha sacado no es una canción, pero podría serlo: la cuestión de la identidad. Una persona que siempre ha vivido entre la tierra donde nació y sus raíces es exactamente la vivencia de miles de jóvenes que hemos nacido aquí pero tenemos un bagaje migratorio que diría mi amiga Jess González. ¿Cuántas veces pese haber nacido en España has sido discriminado por tu aspecto o tu nombre/apellidos? El racismo desde eso de “moro/a de mierda” hasta otras tantas cosas. Pese a ser una sociedad con una pluralidad cultural muy amplia, las reacciones ante ella en algunos casos dejan mucho que desear. Creo que para entenderlo será mejor reproducir la conversación sobre la que entiende que es su identidad:
Morad: “Mi país es Marruecos”
Jordi Évole: “Pero si tú has nacido aquí”
Morad: “Sí, pero nadie me ha querido ver como español”
En este sentido también ha señalado la cuestión de denominar “MENA” a un niño, remarcando la crueldad que supone despojar de su identidad a esos chavales que ya con la tortura de vivir sin padres, para ser etiquetados como un problema social “cuando solo son niños”.
Y todo esto conecta con la madre de la cuestión: el racismo estructural. Es muy claro cuando el Morad se ha puesto a hablar sobre la experiencia de su madre y le ha quitado peso diciendo “es normal”, pero que sea algo normal no significa que deba ser algo aceptado, y de hecho señalaba como él no puede ir en el metro, pero no por su fama, sino porque la gente se coge el bolso cuando se sube en él y otras cuestiones relacionadas con el racismo y los prejuicios.
También ha hablado sobre otro tema de cierta actualidad en estos días: pagar impuestos. Todos recordamos la sesión de Bizarap en la que habla de “antes robaba las prendas, ahora pago todos los meses a hacienda”, pero ha ido más allá y ha declarado que está encantado de contribuir y pagar todos los impuestos que deba pagar, que hay que mantener la sanidad y la educación pública, y que hay que aportar. Un mensaje muy potente, porque no solo lleva todo esto con humildad, sino que también con conciencia colectiva, que ya es mucho más que algunos youtubers.
Acabando por el inicio, ha sido muy interesante la introducción en la que Jordi Évole hablando con el periodista Nando Cruz sobre la poca representación de la multiculturalidad de nuestra sociedad en discográficas y medios de comunicación que hacen tener una visión muy parcial de las cosas y no entender el ascenso de gente de los márgenes como pueden ser el Morad o el Beny. Es necesario comenzar a pluralizar los espacios mediáticos, pues eso es lo que hace que los y las jóvenes de hoy en día nos podamos sentir más identificados/as con los medios.