Las bajas laborales por motivos de salud mental en España han experimentado un preocupante aumento en los últimos años.
En 2022, la Seguridad Social tramitó más de medio millón de bajas por incapacidad temporal debido a problemas de salud mental. En 2023, esta cifra aumentó a 602.683 bajas, marcando un máximo histórico. Desde 2016, cuando se registraron 283.923 bajas, estas incapacidades se han más que duplicado.
El impacto del COVID-19 en la salud mental
El trauma asociado al COVID-19, una mayor conciencia y sensibilización sobre la salud mental, así como un aumento generalizado de las incapacidades temporales, son factores que explican esta tendencia al alza. Los trastornos de ansiedad representan el 68% de las bajas reconocidas en 2023.
Antoni Baena, psicólogo clínico y profesor de ciencias de la salud en la UOC, afirma que estos problemas están infradiagnosticados. “Hasta ahora se ha mirado hacia otro lado y se concebía los problemas de salud mental como algo meramente personal. Lo normal es que estas cifras sigan aumentando porque se va visibilizando. La gente cada vez tiene menos miedo a decir que está mal y se ha normalizado la idea de que a todo el mundo le puede pasar”, añade.
Cambio cultural y generacional
La pandemia ha impulsado un cambio cultural respecto a la percepción de la salud mental, similar a lo observado con la generalización del teletrabajo. Este cambio es más evidente entre los jóvenes y las mujeres, quienes tienden a tener condiciones más precarias y menos reticencias a reconocer su malestar.
Por su parte, el psicoanalista y psicólogo clínico Francesc Vilà señala que los mayores de 50 años, especialmente aquellos excluidos del mercado laboral, experimentan una sensación de “tragedia” y “fracaso” al verse despojados de su rol histórico como proveedores familiares.
Percepción y condiciones laborales
Vilà subraya la necesidad de desvincular la salud mental de “florituras mentales” y reconocerla como un reflejo del malestar con la vida cotidiana. En el pasado, el trabajo era visto como una segunda familia y un integrador social. Sin embargo, con salarios bajos y condiciones más precarias, cada vez más personas sienten que el trabajo ya no cumple esa función.
Según datos del INE de 2022, el salario más frecuente en España es de 1.215 euros brutos al mes. Esto, sumado a la precarización laboral, afecta mayoritariamente a las mujeres, quienes tienen una mayor percepción de incertidumbre sobre su futuro.
Desafíos y propuestas en las empresas
El aumento de bajas vinculadas a la salud mental ha generado preocupación tanto en las empresas como en la Administración. Las empresas llaman a renovar la ley de prevención de riesgos laborales, que data de 1995, para incluir los riesgos psicosociales. También piden mayores inversiones en sanidad y políticas integrales que permitan abordar los problemas tanto en el ámbito laboral como personal.
Las propuestas incluyen fomentar la desconexión digital, medir adecuadamente las cargas de trabajo para no sobrecargar a los empleados y promover climas laborales saludables. Mònica Pérez, responsable de salud laboral de CCOO en Catalunya, destaca la necesidad de facilitar reincorporaciones progresivas para quienes regresan tras una baja por salud mental. Desde su perspectiva, la normativa actual es demasiado rígida y no contempla estas situaciones de manera adecuada.
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