La ‘tasa Amazon’ aprobada por el Ayuntamiento de Barcelona ha sido anulada sin unanimidad por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), quien considera que el gravamen infringe el principio de la libre circulación de mercancías.
Anulación de la tasa pionera
La tasa, que buscaba que las grandes distribuidoras de comercio electrónico pagaran por su uso intensivo del espacio público durante el reparto a domicilio, fue aprobada el año pasado con los votos de los Comuns, PSC y ERC. Este gravamen se fijaba en un 1,25% de la facturación bruta derivada de los costes de reparto que ingresan los operadores. Más que un instrumento recaudatorio –se esperaban ingresar 2,6 millones de euros–, la tasa se concibió para que las grandes empresas pagasen por la contaminación y el uso intensivo de aparcamientos y zonas de carga y descarga.
Justificación de la sentencia
Los magistrados del TSJC han estimado el recurso de la patronal del transporte UNO, señalando que la tasa constituye en realidad un “auténtico impuesto” que grava por partida doble la actividad económica del transporte. Además, consideran injusto que solo grave la carga y descarga en la calle de los operadores de comercio electrónico y no del conjunto de transportistas.
Argumentos a favor de la tasa
En su resolución, los magistrados reconocen la “obsolescencia actual de las normas vigentes” frente a sistemas de comercio como el de Amazon. No obstante, han decidido anular la tasa al considerar que la ordenanza debería abarcar a todo vehículo susceptible de utilizar el dominio público de igual forma, y no exclusivamente a los operadores postales que distribuyen bienes adquiridos a través del comercio electrónico.
Una de las magistradas, Isabel Hernández, emitió un voto particular abogando por mantener la tasa. En su argumentación, señala que el uso del espacio público por las furgonetas del comercio electrónico es “insostenible para el medio ambiente y colapsa el tráfico en la ciudad”. Además, destaca que esta actividad se realiza en perjuicio de otros usuarios que sí tributan para financiar servicios e infraestructuras.
Afectación al tráfico y medio ambiente
La magistrada también ilustró su punto mencionando que un único desplazamiento de un transportista que sirve a una librería tradicional puede entregar cientos de libros, mientras que los operadores de comercio electrónico realizan entregas a cada uno de los domicilios de los compradores, haciendo un uso “súper intensivo” de las plazas de aparcamiento y de carga y descarga. Este uso justifica, según la magistrada, que el Ayuntamiento les imponga una tasa por la utilidad que obtienen de esas plazas para rentabilizar su actividad.
El fallo del tribunal es recurrible ante el Tribunal Supremo.
Más información en el comunicado oficial del TSJC aquí.