Estamos en pleno verano y pasar calor debería ser lo normal y lo que deberíamos experimentar todos, pero esta afirmación es errónea. Es tan fácil de desmentir como que sabemos que, por ejemplo, en la ciudad de Madrid estaremos de media a 25° en un piso del distrito de Salamanca y a 34° en una casa del de Vallecas. Reafirmamos el título, pasar calor es una cuestión de clase.
Algo tan simple como dormir bien durante las noches de verano debido al calor también se vuelve una cuestión de clase. Tener aire acondicionado y dormir sin complicaciones también afecta a nuestro rendimiento laboral y nuestras acciones del día a día.
En el anterior vídeo vemos como el discurso de Alan Barroso hace hincapié en el concepto de pobreza energética y cómo va mucho más allá del pasar frío en invierno, y que se define por aquellos que pueden pagar la climatización de sus casas y quienes no.
Morir debido al calor
Estamos en pleno verano y aunque pasar calor sea normal morir por ello no lo es tanto. Más de 500 muertos en algo más de una semana. Unas 1.300 personas fallecen al año en España por las olas de calor.
El caso más sonado de lo que llevamos de verano ha sido el de José Antonio González, empleado de limpieza de la empresa Urbaser, contratada por el servicio municipal de limpieza de Madrid. José Antonio murió a causa de un golpe de calor mientras estaba trabajando. Su temperatura corporal en el momento de ser atendido por los servicios de
emergencia era de 41 grados.
¿Por qué está pasando esto?
El incremento de las olas de calor y, sobre todo, la duración de cada una de ellas, es consecuencia del cambio climático, como bien apuntaba Yolanda Díaz en el tweet anterior. Efectivamente, nos toca hacer cambios profundos para enfrentarnos a los años venideros.
¿Qué podemos hacer?
Más allá de la propuesta de Vox por entrar en un centro comercial o una iglesia cuando nos veamos acorralados por la ola de calor tenemos que organizarnos para cambiar esta situación tan desigual para los ciudadanos de clases no pudientes.
Desde la Futura Channel siempre animamos a contribuir en un cambio real. Algo tan simple como regular los precios de la energía ayudaría a muchos ciudadanos a poder permitirse una climatización de sus hogares. Por otra parte, las acciones para revertir o menguar el cambio climático afectarían directamente a esta desigualdad.