El Sindicato de Inquilinas de Barcelona ha convocado una protesta para el 23 de noviembre, en respuesta al creciente descontento con el alto coste del alquiler en la ciudad. Esta movilización se produce días después de una gran manifestación en Madrid que también demandó una bajada significativa de los precios de la vivienda.
Alquiler en Barcelona
La situación de los alquileres en Barcelona ha experimentado un ligero descenso del 5,2% en el segundo trimestre del año, marcando así el primer trimestre de bajada después de la entrada en vigor de la Ley de Vivienda. Sin embargo, esta medida también ha provocado una disminución en el número de contratos de alquiler disponibles. Muchos propietarios han optado por desviar sus inmuebles hacia mercados no regulados, como los alquileres de temporada o por habitaciones, complicando aún más el panorama para los inquilinos.
Exigencias y Críticas del Sindicato
En su comunicado, el Sindicato de Inquilinas ha exigido una reducción drástica de los precios del alquiler y ha acusado tanto a los propietarios como a los responsables políticos de no proteger adecuadamente los derechos de los inquilinos. Según el sindicato, los caseros han recurrido a contratos de temporada y alquiler de habitaciones como métodos para continuar incrementando sus beneficios, calificando estas prácticas como una forma de “boicotear” las regulaciones existentes.
Acciones del Ayuntamiento y del Gobierno
Hasta el momento, las propuestas para incluir el alquiler de temporada dentro de la contención de rentas aún no se han concretado. Tanto el Ayuntamiento de Barcelona como el Gobierno central han manifestado su intención de regular este mercado, pero no han implementado medidas efectivas. El sindicato critica estas actuaciones como insuficientes y considera los bonos de alquiler como una transferencia directa de fondos públicos al sector rentista.
Antecedentes Históricos
La historia de Barcelona recuerda huelgas de alquileres como la que tuvo lugar en 1931, un contexto al que el sindicato alude con la posibilidad de tomar medidas similares si no se atienden sus exigencias. La demanda de una bajada del alquiler “a la mitad” refleja una creciente frustración y una búsqueda de soluciones inmediatas para el problema del acceso a la vivienda.
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