Artículo original publicado en: Contrainformacion.es
La polémica en torno a este tema parece lejos de acabar, y es probable que siga generando discusión entre los hablantes de español durante algún tiempo.
La Real Academia Española de la Lengua (RAE) se encuentra en una disputa interna que se ha desatado debido al uso de la tilde en la palabra “solo”. Todo comenzó cuando la RAE rectificó su posición y reconoció que el adverbio “solo” podría llevar tilde, después de trece años de debate. Sin embargo, la institución matizó la noticia a través de su cuenta oficial en Twitter, explicando que se mantendría la obligatoriedad de no tildar el adverbio y los pronombres demostrativos cuando no exista riesgo de ambigüedad. Asimismo, se aclaró que se mantendría la opción de tildar o no estas palabras cuando hubiera riesgo de ambigüedad y que siempre sería el que escribe quien valoraría si existía o no dicha ambigüedad.
Estas explicaciones no han convencido al escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, quien ha acusado a la RAE de estar dando información sesgada e inexacta, y ha declarado que el próximo pleno de la institución será “tormentoso”. Pérez-Reverte ha sido uno de los principales defensores de la tilde en “solo”, argumentando que su uso ayuda a evitar ambigüedades y errores en la interpretación del texto.
Esta polémica ha generado un gran debate entre los hablantes de español, quienes se han dividido en dos grupos: aquellos que defienden la tilde en “solo” y los que no la defienden. Los defensores de la tilde argumentan que su uso ayuda a clarificar el sentido de la oración y evita confusiones. Por otro lado, los que no la defienden argumentan que la tilde no es necesaria, ya que la oración se puede entender perfectamente sin ella, y que su uso puede ser considerado una especie de “falsa corrección”.
En última instancia, la decisión de si usar o no la tilde en “solo” depende del criterio del escritor, quien debe valorar si su uso ayuda a clarificar el sentido de la oración o no. La RAE ha dejado abierta la posibilidad de usar o no la tilde en función de la situación, y ha recordado que siempre será el escritor quien justifique su decisión en caso de que se cuestione su uso. Sin embargo, la polémica en torno a este tema parece lejos de acabar, y es probable que siga generando discusión entre los hablantes de español durante algún tiempo.