La reciente contienda electoral ha dejado dos tendencias marcadas: una agitación y reemplazo en las derechas, y una mayor desorientación entre las izquierdas. Este es el momento para renovar tesis y entender mejor el escenario.
Proceso de integración en la izquierda
Ante el pico de dispersión en el ámbito progresista institucional, se ha iniciado un proceso de integración inevitable. Se presentan dos posibles caminos: uno deseable, que sería una integración orgánica y plural, dándole coherencia y agenda a la diversidad existente; o un camino menos favorable, donde se vería una subsunción bajo la influencia mayoritaria del PSOE. En este último caso, la autonomía del espacio progresista estaría en peligro.
Interpretación e intervención política
Actualmente, la capacidad de análisis e intervención de las dirigencias partidistas es secundaria. Los incentivos se centran en mantener el terreno político existente, lo que da pie a interpretaciones conservadoras de la coyuntura. En este sentido, el debate a nivel local y comunitario cobra mayor importancia para construir un nuevo sentido común compartido.
Cultura política
La discusión central es sobre cómo convivimos y nos organizamos en términos políticos. Este es uno de los puntos débiles y causa de mayor frustración visible en el espacio progresista. No se trata únicamente de ceder en temas sustantivos, sino de encontrar un método de decisión estratégica que evite la destrucción mutua. Es imperativo buscar mecanismos de rendición de cuentas y revisión de hipótesis para mantener la pluralidad.
El momento de actuar
Es posible que este sea el mejor momento para llevar a cabo estos cambios y entender el campo político-digital. Es importante reconocer que el entorno digital está altamente influenciado por intereses económicos y estructuras hiperjerarquizadas. Aunque la derecha parece crecer entre la juventud y monopoliza gran parte del espacio digital, existen oportunidades para una circulación alternativa de ideas.
En cualquier caso, se debe evitar imitar directamente la estrategia de la derecha, ya que no es replicable ni deseable. En lugar de enfocarse en líderes mediáticos o influencers, es más productivo construir comunidades políticas sólidas y resilientes.
La percepción y manejo del campo político-digital deben basarse en un conocimiento profundo y en la creación de espacios seguros para la difusión de ideas progresistas, resistiendo las tentaciones de replicar modelos de jerarquización y competitividad extrema.
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