La problemática del turismo en Barcelona está generando un creciente malestar entre los vecinos de la ciudad, especialmente en los barrios más afectados por la masificación. Martí Cusó, portavoz de la Asociación de Vecinos del Barrio Gótico y activista contra el turismo masivo, afirma que “el problema de Barcelona con el turismo es de cantidad; no cabe ni una plaza más”. La reactivación del turismo, tras la pandemia, ha revitalizado la economía de servicios, pero también reavivado la oposición a los excesos turísticos.
Gestión de los pisos turísticos
Según Daniel Pardo, portavoz de la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico, la eliminación de las licencias de pisos turísticos en 2028, anunciada por el nuevo alcalde, genera “reservas y matices” entre los vecinos. Aunque la medida puede parecer positiva, algunos creen que busca mitigar las protestas. Además, Collboni ha prometido duplicar los recursos destinados a la inspección de viviendas de uso turístico ilegales, abordando una de las mayores preocupaciones vecinales, que podría quedar insuficiente.
Fallas en la inspección de pisos turísticos
A pesar de la promesa de aumentar los recursos, tanto Pardo como Manel Martínez, portavoz de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, destacan la necesidad de agilizar el proceso de inspección. Martínez alerta de que sin registros actualizados o herramientas adecuadas, la labor de los inspectores será ineficaz, provocando que los vecinos dejen de denunciar los pisos ilegales, como ha sucedido en el pasado.
Alternativas al alquiler turístico
Los movimientos de base señalan otras modalidades de alquiler, como el temporal y el de habitaciones, que no están reguladas y podrían mantener elevados los precios. La Generalitat intentó abordar este vacío legal con un decreto para aplicar el tope de precios de la ley de la vivienda también en estos contratos, pero la medida no fue aprobada debido a la oposición de la derecha y del PSC.
El rol del sector hotelero
Algunos activistas critican que la eliminación de licencias de pisos turísticos sea acompañada por la expansión de plazas hoteleras. Según Collboni, desaparecerán 10.000 plazas de vivienda turística, pero se podrán introducir 5.000 plazas hoteleras más en la ciudad. Esta situación es vista por algunos como un beneficio para los intereses hoteleros, incrementando la presión turística en la ciudad, tema central de la próxima manifestación del 6 de julio.
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